Las mujeres y el vino, dos placeres de la vida
El amor del hombre por las mujeres y por el queridísimo vino se derrama en cientos de proverbios que dan fe de una relación a tres bandas… que, a veces, toma caminos… dando bandazos. Vinos, mujeres y amor de hombre en una relación abierta y con un final impredecible que se disfruta, cómo no, a sorbos.
Del mosto alcoholizado, de las hembras y del querer macho cuenta un proverbio popular con claridad de vino blanco que ’las mujeres y el vino sacan al hombre del tino'.
Un brindis corre la voz de que ‘por todas ellas/por las que son más bellas/por las que tienen el culo bien ancho y por las que muestran el cuello estrecho/ por las que nos dan sus labios sin interés/ aunque las llenen las telarañas/ por todas ellas/por las queridas botellas’, de vino, claro.
De la más noble de las cosechas se cuenta que ’el mejor vino debe tener tres prendas de mujer hermosa: el buen color, una buena nariz y una buena boca’.
Otros proverbios van más lejos y creen al vino y a la mujer como cosa de batalla, como el que dice ‘al que tiene mujer hermosa, casa en frontera y viña y vino en carretera, nunca le faltará guerra’. Una guerra que ciega la vista del hombre cuando se cuenta también que ‘por la mujer y el vino, yerra el hombre su camino’.
Del gusto por el vino y por lo que es el resto de las cosas que entretienen y cuentan para los mortales hombres se advierte que ’la mujer con las telas y el hombre con el jarro, todo es despilfarro’. ¿Exageraciones?
¿Seguro?. Para algunos el vino y la mujer tienen dos caras cuando se canta que ‘amor de ramera y vino de frasco, a la mañana dulce y a la tarde amargo’, que ‘mujer, vino y caballo, es mercadería de engaño’, que ‘mujer casada es viña vendimiada’, que ‘viña y mujer sin guarda, vendimia hecha’ y cuando se apuesta porque ’en viña vendimiada y con mujer casada, rebuscar siempre agrada’.
Pero hay algunos que cantan a la esperanza del vino cuando la mujer falla y recitan aquello de que ‘a mal de cama y mujeres, colchón de vino’. ¿Qué más se puede pedir? Sí, más vino, ¡venga vino!